VIAJES MISIONEROS
Un homenaje eterno a nuestro más amado misionero: Jesús
En nuestros corazones siempre habrá gratitud, enorme e infinita gratitud hacia Jesús, nuestro más amado misionero.
En ocasiones tendemos a encasillar las misiones como algo determinado, es tal vez la forma que hemos visto en el lugar en el que nos encontramos, pero estimados, las misiones tienen un factor eterno, así como quien las creó.
Todos, absolutamente todos tenemos una misión en la vida, también llamado «propósito». Este propósito es aquél motivo por el cual nacimos en donde nacimos, nos criamos en la familia que nos criamos, aprendemos lo que aprendemos y somos lo que somos.
Quiero que leas esta parte de la Biblia con suma atención y empecemos a entender que …
Filipenses 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
… empecemos a entender que Jesús realmente es el Hijo de Dios y que esa distinción no solo debe reposar en nuestro pensamiento como una verdad que podemos repetir, sino como una verdad por la cual debemos estar eternamente agradecidos.
No estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse
¡Wow! ¿Qué podríamos decir de esta verdad tan reveladora? Desestimar el hecho de ser igual a Dios no es algo que debamos pasar por alto. No podía ser de otra manera, no podía tener en su corazón más estima por nosotros que renunciar a todo su poder y dominio por salvar nuestras vidas.
Se despojó a sí mismo
Su nombre, su capacidad, su gloria, su majestad, todo, despojado de todo voluntariamente para poder realizar el mayor gesto de amor por nosotros.
Tomó la forma de siervo
La naturaleza nos muestra infinidad de animales y guardando las proporciones, tal vez podía haber elegido tomar la forma de uno más poderoso, más ingenioso, más fuerte, más admirable para la mayoría, pero no, tomó la forma de un siervo, dócil, sumiso, obediente.
¡Recibe en tu correo GRATIS nuestro contenido!
Se hizo semejante a hombres
Y ni qué decir de esta verdad. La humanidad la verdad se ha empecinado en mostrarse como lo peor de la creación, en contravía del diseño y deseo original de Dios, pero aún así Jesús se hizo semejante a nosotros.
Siendo hombre se humilló a sí mismo
Y como si fuera poco, siendo hombre, decidió humillarse por nosotros. Lo hizo de manera voluntaria y sabía que era necesario. Podría simplemente reiniciar todo, destruir todo, pero sabía que era necesaria esa humillación para poder cumplir con su misión.
Se hizo obediente hasta la muerte
Y fue esa obediencia sin reservas la que lo llevó a la muerte y a una muerte indigna, indeseada. Murió entregándose voluntariamente y fue vilmente asesinado. Como un paseo de humillación podría catalogar su caminata llevando su cruz en medio de los insultos más aberrantes y las maneras más inhumanas de odio.
¿Por qué es entonces nuestro misionero más amado?
Él no lo merecía pero aún así lo hizo porque era consciente que era necesario, que no había otra manera y que no había nada más valioso en la existencia que pudiera realizar tan loable sacrificio.
Jesús mis estimados es el más amado misionero de todos. Vino, cumplió su misión y por eso hoy nosotros tenemos una puerta abierta enorme hacia el perdón de nuestros pecados, la reconciliación con el padre, tenemos un propósito en la vida y una vida eterna con Él.